EU endurece requisitos para visas estudiantiles: vigilará redes sociales de solicitantes

El gobierno de Estados Unidos endurecerá el proceso para obtener visas de estudiante y de visitante académico, al ordenar una revisión de las redes sociales de los solicitantes, en busca de publicaciones que puedan interpretarse como “hostilidad” hacia el país, su cultura o sus instituciones.

El Departamento de Estado anunció que se reanudará el trámite de visas de tipo F, M y J, pero ahora los solicitantes deberán configurar sus perfiles como públicos para ser examinados por funcionarios consulares. De no hacerlo, podrían considerarse alertas en el proceso. Las instrucciones, enviadas a embajadas y consulados, señalan que se deben buscar indicios de actitudes contrarias a los “principios fundacionales de Estados Unidos”. Sin embargo, no se especifica cómo se definirá o evaluará dicha hostilidad.

Este cambio ocurre luego de que el gobierno del presidente Donald Trump suspendiera por casi un mes la expedición de visas estudiantiles y académicas. La medida ha sido ampliamente criticada por instituciones educativas y expertos en derechos civiles, quienes advierten que se trata de un intento de controlar ideológicamente a los extranjeros y de coartar la libertad de expresión.

La vicepresidenta del Consejo Estadounidense de Educación, Sarah Spreitzer, alertó que la política podría convertirse en una “prueba de fuego política” sin precedentes para los estudiantes internacionales. A la par, crece la preocupación entre universidades que dependen de la matrícula completa que pagan los alumnos extranjeros y que, en muchos casos, representan la mayoría del personal de investigación en disciplinas clave.

Medidas selectivas y casos polémicos

El secretario de Estado, Marco Rubio, ha tomado un papel central en esta estrategia. En los últimos meses, emitió órdenes para suspender entrevistas y endurecer revisiones. También anunció un enfoque particular sobre estudiantes chinos y aquellos vinculados con el Partido Comunista de China o con campos considerados sensibles. A finales de marzo, dijo haber revocado al menos 300 visas, muchas de ellas de estudiantes, y advirtió que seguiría cancelando más a diario.

Además, Rubio ha intervenido en casos individuales. A principios de marzo revocó la residencia permanente del activista estudiantil Mahmoud Khalil, egresado de la Universidad de Columbia, argumentando que socavaba la política exterior de Estados Unidos. Khalil fue detenido pese a estar casado con una ciudadana estadounidense. En otro caso reciente, la estudiante Rümeysa Öztürk fue arrestada tras apoyar públicamente la causa palestina en un artículo de opinión.

Estas acciones se dan en el marco de las protestas universitarias por la guerra en Gaza. Aunque no se han registrado actos de violencia generalizados, la administración Trump ha señalado que manifestaciones con acciones como tomas de edificios o acoso a estudiantes justifican la revocación o negación de visas.

El endurecimiento también afectó a la Universidad de Harvard, cuando se bloqueó temporalmente la llegada de estudiantes extranjeros, decisión que fue revertida por orden judicial. Al mismo tiempo, Trump flexibilizó las restricciones hacia estudiantes chinos tras un acuerdo comercial con ese país, lo que ha sido interpretado como una política ambigua y sujeta a intereses políticos coyunturales.

Para los críticos, esta vigilancia digital marca un precedente peligroso al condicionar el acceso a la educación superior a una alineación ideológica con el gobierno estadounidense. Las universidades, los estudiantes y académicos de todo el mundo observan con incertidumbre el rumbo que tomará esta nueva etapa de control migratorio en los campus de Estados Unidos.

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