Cómo lo que usas, comes y vistes puede estar envenenándote sin saberlo
Darin Olien, especialista en bienestar y autor de Fatal Conveniences, alerta sobre productos cotidianos que, aunque parecen inofensivos, esconden sustancias tóxicas que afectan la salud y el medio ambiente. Desde la ropa, los cosméticos, los envases de comida rápida y hasta el agua potable, muchos objetos del día a día contienen compuestos químicos peligrosos como ftalatos, microplásticos, formaldehído y los llamados “químicos eternos” (PFAS), que no se degradan y se acumulan en el organismo.
Estos productos se han normalizado por su practicidad, pero su uso frecuente está vinculado a problemas hormonales, infertilidad, cáncer y alteraciones neurológicas. Olien advierte que incluso los pañales desechables pueden contener sustancias dañinas como glifosato, y que la mayoría de las personas no sabe que está expuesta a más de 200 compuestos desde el nacimiento. En pruebas de sangre en recién nacidos, se hallaron químicos relacionados con cáncer y defectos congénitos.
Además de los riesgos a la salud, estas sustancias contaminan ríos, océanos y suelos. La industria textil, una de las más contaminantes, utiliza miles de químicos y grandes cantidades de agua, mientras promueve el consumo rápido de ropa con prácticas laborales cuestionables.
El problema se agrava por la falta de regulación. En países como Estados Unidos, la seguridad de muchos ingredientes en productos personales no ha sido revisada desde hace más de 80 años. Las empresas no están obligadas a demostrar la inocuidad de sus productos antes de venderlos.
Olien propone soluciones: elegir productos sin fragancias sintéticas, evitar plásticos de un solo uso, filtrar el agua, revisar etiquetas y apoyar marcas responsables. Reconoce que no se trata de vivir aislado, sino de tomar decisiones informadas y ejercer presión colectiva para exigir cambios reales.