Decir por favor y gracias a ChatGPT le cuesta millones de dólares a OpenAI

La amabilidad no solo mejora la convivencia digital, también tiene un costo económico. Con el crecimiento en el uso de asistentes de inteligencia artificial como ChatGPT, Gemini o Copilot, también se han popularizado recomendaciones sobre cómo interactuar con ellos para obtener mejores resultados. Entre ellas, una de las más mencionadas es ser cortés: usar palabras como “por favor” y “gracias”. Lo que pocos sabían es que ese gesto tan sencillo representa un gasto significativo para OpenAI.

Sam Altman, director ejecutivo de la compañía, reveló que el uso de expresiones de cortesía en los mensajes enviados a ChatGPT genera costos energéticos que suman “decenas de millones de dólares bien gastados”. Así respondió a un usuario en redes sociales que preguntó cuánto costaban esas palabras de más en términos de electricidad.

La infraestructura detrás de cada respuesta

Para generar respuestas en tiempo real, los modelos de lenguaje como ChatGPT dependen de una red de centros de datos con procesadores de alto rendimiento. Cada palabra, cada petición, incluso las que parecen irrelevantes para el resultado, como una muestra de cortesía, requiere ser procesada por estos sistemas.

Aunque no hay cifras oficiales sobre cuánta electricidad consume una sola interacción, se estima que la operación continua para atender millones de consultas al día representa un gasto energético considerable. Este escenario ha llevado a compañías como Google a explorar alternativas como reactores nucleares en miniatura para alimentar sus servidores, o sistemas de enfriamiento más eficientes para reducir el impacto ambiental y económico.

Ser educado sí mejora la calidad de las respuestas

Más allá del gasto que representa, estudios y experiencias de empresas como Microsoft indican que ser cortés con una inteligencia artificial no es inútil. De hecho, incluir expresiones como “por favor” o “gracias” puede mejorar los resultados. Al detectar un tono emocional en los mensajes, la IA ajusta su forma de responder, brindando explicaciones más completas, detalladas y colaborativas.

Este tipo de interacción ha dado pie al desarrollo de nuevas técnicas, como el llamado Emotion Prompt, en el que se integran elementos emocionales para obtener respuestas más personalizadas. La IA, aunque no siente, puede interpretar patrones de lenguaje y adaptarse para ofrecer una experiencia más cercana y profesional.

Así que sí, la cortesía cuesta, pero también rinde frutos. Decir “por favor” y “gracias” podría parecer innecesario cuando se habla con una máquina, pero incluso en el mundo digital, la amabilidad tiene su recompensa… y también una factura.

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