Leila Guerriero documenta la historia de una tortura

Leila Guerriero, escritora y periodista argentina, presentó en México su más reciente libro “La llamada”, en el que entrevista a Silvia Labayru, una militante montonera que en 1976 fue víctima de secuestro, torturas y violaciones en la Escuela de Mecánica La Armada (EMLA), lugar en el que miles de personas fueron asesinadas y desaparecidas durante la dictadura.

Invitada al Hay Festival de Querétaro, la también reportera detalló que comenzó el proceso de entrevistas desde 2021, mientras Silvia esperaba la sentencia del primer juicio por crímenes de violencia sexual cometidos contra mujeres secuestradas en la dictadura argentina.

“Silvia es una víctima absoluta de la situación, que manejó cosas con inteligencia, por supuesto. Es una mujer muy inteligente, pero esto no quiere decir que haya hecho, haya podido tomar dentro de ese lugar decisiones realmente relevantes que le salvaran la vida. Las decisiones de los militares eran completamente arbitrarias y así como salió con vida de una situación tan espantosa, lo mismo podría haber sido designada para ser enviada en uno de estos vuelos de la muerte”, señaló.

Detalló que desde diciembre de 1976 hasta junio de 1978, cuando finalmente la mandaron al exilio los mismos militares, Silvia se levantaba todos los días sin saber si le tocaría ser asesinada. “No tuvo ninguna posibilidad de elegir absolutamente nada, que dentro de esa imposibilidad de elegir se manejó con la inteligencia que te puede dar la supervivencia, pero eso no significa que haya ni colaborado ni participado”.

En el libro se aclara que la mujer fue violada por un oficial al que designaron específicamente para eso. “Entonces, en ese reino del terror, no hay ninguna posibilidad de tomar una decisión con libertad. Más allá de eso, Silvia no hizo de toda su vida la vida de una víctima martirizada todo el tiempo”, le dijo al periodista español Jan Martínez Ahrens.

Silvia Labayru finalmente pudo abandonar Argentina y exiliarse en España, donde pudo hacer una vida en los parámetros convencionales. “Al escribir el libro me di cuenta de algo que era muy evidente, que la voz de los sobrevivientes no está demasiado presente en la conversación pública. Así como sí lo está y saludablemente la voz de las abuelas que buscan a sus nietos, de las madres que buscan a sus hijos, digamos como de diversas organizaciones que han trabajado mucho, la voz de los sobrevivientes no está”.

Leila aseguró que hay una reflexión constante a lo largo del libro sobre lo que es ser víctima, pues Silvia tiene secuelas; una de ellas es que no soporta tocar cosas de goma espuma, porque estuvo mucho tiempo tirada en un colchón de goma espuma, completamente golpeada, con las encías reventadas por la tortura, embarazada de cinco meses”.

Hoy en día, Labayru está rodeada de personas que la cuidan, señaló Guerriero, “gente que la cobija, que la quiere, es como una gran comunidad que se ha mantenido a lo largo de muchísimos años, con lealtad, con nobleza, tiene dos hijos que tienen profesiones, son muy muy buenos en lo que hacen”.

Guerriero asumió que uno de los temores en el oficio periodístico es terminar siendo portavoces de una historia manipulada, “pero yo me quedé muy tranquila con eso, porque rápidamente empecé a entrevistar gente; la lógica del libro fue entrevistar solo gente que lo hubiera conocido a ella, que la conociera en este momento, que hubiera estado en cautiverio con ella, digamos, nadie que viniera como un historiador o un sociólogo, quien fuere como a opinar sobre el caso de Silvia, yo no quería eso, quería la historia cerrada en su círculo, y la verdad es que no había ninguna grieta entre lo que ella contaba y lo que narraban todos los demás”.

“La Llamada” está editado en Anagrama y ante las buenas ventas ya va en su su reedición número once.

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