Jair Bolsonaro destruyó el palacio presidencial de Brasil, según informe de televisión

  • A una periodista que recorre la residencia con la nueva primera dama se le muestran sofás rotos, ventanas rotas y obras de arte dañadas por el sol

La destrucción del Amazonas por parte de Jair Bolsonaro lo convirtió en un marginado mundial, pero sus actos de profanación no se limitaron a la selva tropical.


Un informe de la emisora brasileña GloboNews sugiere que incluso la residencia presidencial oficial, una obra maestra de la década de 1950 del arquitecto Oscar Niemeyer, fue profanada por el político de extrema derecha durante sus cuatro años en el poder. Una de las principales corresponsales políticas de la red, Natuza Nery, hizo un recorrido por el Palácio da Alvorada (Palacio del Amanecer) el jueves con la nueva primera dama de Brasil, Rosângela Lula da Silva, y quedó impresionada con lo que vio.
“El estado general del edificio, que es el más icónico de Brasilia… no es bueno… y requerirá muchas reparaciones”, informó Nery, a quien se le mostraron alfombras y sofás rotos, techos con goteras, ventanas y pisos de jacarandá rotos y obras de arte dañadas por el sol.

Las fotografías del palacio deteriorado se parecían más a imágenes de viviendas para estudiantes en ruinas que a un edificio diseñado por uno de los arquitectos modernistas más célebres del mundo.
Un tapiz de Emiliano Di Cavalcanti, uno de los artistas brasileños más célebres del siglo XX, resultó dañado después de ser sacado de la biblioteca y colgado al sol. “Desafortunadamente, tendrá que ser restaurado”, dijo la primera dama.
Nery dijo que varias obras de arte habían desaparecido por completo del palacio, que se completó en 1958, dos años antes de que el entonces presidente, Juscelino Kubitschek, inaugurara la capital construida especialmente para Brasil.
La primera dama, ampliamente conocida como Janja, dijo que se había sentido «bastante decepcionada» y «conmocionada» por el estado de deterioro de su nuevo hogar. Se informó que un cactus brasileño plantado por su esposo, Luiz Inácio Lula da Silva, durante su presidencia de 2003 a 2010, había sido removido. Bolsonaro dejó un bolígrafo desechable, uno de los símbolos de su administración populista, en uno de los escritorios del palacio.
Bolsonaro, quien abandonó Brasilia la víspera de la juramentación de Lula el domingo pasado, parece poco probable que regrese pronto. Está en Florida y, según los informes, teme ser procesado por presuntos delitos, incluida su respuesta anticientífica a una pandemia de covid que mató a casi 700.000 personas en su país.
Un informe de la revista brasileña Istoé esta semana afirmaba que el expresidente estaba presionando al gobierno italiano para que le otorgara la ciudadanía a su familia y esperaba mudarse allí después de una temporada en Estados Unidos para evitar la cárcel. Según los informes, Bolsonaro creía que las autoridades brasileñas no podrían extraditarlo del país europeo, de donde emigró su bisabuelo Vittorio Bolzonaro a fines del siglo XIX.
Fuente: The Guardian

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