Ozzy Osbourne: de las sombras del exceso al reencuentro familiar
Ozzy Osbourne, figura central del heavy metal y exlíder de Black Sabbath, ha reconocido en distintas entrevistas el profundo impacto que sus adicciones tuvieron en su vida familiar. Años de consumo de alcohol y drogas lo alejaron emocionalmente de sus hijos y esposas, generando heridas que, según él, sólo ha comprendido con el paso del tiempo.
En una entrevista de 2014, Osbourne admitió haber sido un mal padre y un esposo abusivo. Señaló que durante años estuvo tan consumido por las drogas que no le importaba nada. Su actitud egocéntrica, sumada a la ausencia emocional, provocó conflictos que afectaron profundamente su relación con sus seis hijos: Jessica, Louis y Elliot, de su primer matrimonio, y Aimee, Kelly y Jack, junto a Sharon Osbourne.
El músico relató que su mayor remordimiento es haber estado ausente en los momentos clave. Una confrontación con su hijo Jack lo llevó a replantearse su rol de padre. Durante una discusión, Jack respondió a una pregunta con una frase que impactó a Ozzy: “¿Qué tal un padre?”. Ese momento marcó un punto de inflexión que lo motivó a mantenerse sobrio y a priorizar a su familia.
Un giro inesperado en su imagen pública llegó con la serie The Osbournes, donde se mostró más cercano a su vida cotidiana, lejos del estereotipo del rockero salvaje. La muerte de su padre también fue un evento que lo marcó profundamente y moldeó su entendimiento de la paternidad.
La llegada del primer hijo de Kelly en 2022 trajo una nueva etapa para la familia. Kelly se mudó nuevamente con sus padres durante el embarazo, y Ozzy vivió el proceso con entusiasmo. Aunque reveló el sexo del bebé antes de tiempo, su hija lo excusó diciendo que estaba demasiado emocionado.
Hoy, Osbourne abraza su papel como abuelo. Aunque impone límites —como negarse a cambiar pañales o compartir la cama con sus nietos—, su vínculo con las nuevas generaciones ha fortalecido los lazos familiares que durante años estuvieron fracturados. Su historia es un ejemplo de redención tardía, pero significativa.