La minifalda de una diputada se vuelve bandera: lo que molesta no es la ropa, es el machismo
La presidenta del Congreso de Michoacán, Giulianna Bugarini, transformó una ola de críticas por su minifalda en un grito de resistencia. Tras ser atacada en redes sociales durante un evento público, la legisladora de Morena presentó una denuncia por violencia política en razón de género. Dijo que lo hace no solo por ella, sino para alentar a todas las mujeres michoacanas a no quedarse calladas frente a la violencia.
“Quien hace un comentario ofensivo en redes puede ser el feminicida del día de mañana”, advirtió en un mensaje difundido en video. Para Bugarini, el problema nunca ha sido la ropa, sino la mirada que juzga y el machismo que intenta dictar cómo deben presentarse las mujeres en la vida pública.
El episodio que desató la polémica ocurrió el 22 de agosto, durante la ceremonia del Día del Bombero. Ahí, en plena transmisión, comenzaron los cuestionamientos sobre su “decoro” por llevar una falda corta. Mientras algunos exigían “códigos de vestimenta”, ella respondió con claridad: el respeto no depende de centímetros de tela.
De prenda a símbolo de resistencia
La Secretaría de Igualdad Sustantiva y Desarrollo de las Mujeres Michoacanas respaldó a la diputada. Su titular, Ale Anguiano, fue contundente: no es un hecho aislado, sino parte de un patrón de violencia que busca limitar a las mujeres en los espacios de poder. “No es la falda lo que les incomoda, es el poder que ejercemos sin pedir permiso”, señaló.
Anguiano recalcó que la minifalda de Bugarini es hoy un acto de soberanía frente a un sistema que pretende controlar a las mujeres. Y lanzó una advertencia: no retrocederán ni un centímetro en su derecho a ser libres, visibles y poderosas.
Bugarini, firme, coincidió: “Lo que vulgariza no es la falda, es la mirada con morbo. El problema no se resuelve criticando en redes, sino en terapia. Eso es violencia”.
De esta forma, una prenda se convirtió en símbolo. La diputada convirtió ataques en mensaje y dejó claro que no piensa callar. El problema no es la minifalda, el problema es el machismo.