De hospital a cartera vacía: el alto precio de atenderse en México
En México, enfermarse ya es un lujo que pocos pueden pagar. Un tratamiento médico grave en un hospital privado puede costar en promedio 91 mil 773 pesos, casi cinco meses del salario de un trabajador promedio. Pero cuando la enfermedad es grave, el golpe al bolsillo puede ser devastador: una hemorragia cerebral o un derrame puede alcanzar hasta 250 mil pesos solo para estabilizar al paciente, sin contar cirugías, medicamentos y terapias posteriores. Esa cifra supera los 300 mil pesos, equivalente a comprar un auto nuevo como un KIA K3 Sedan 2026, un Hyundai Grand i10 Hatchback 2026 o un Chevrolet Aveo 2025.
El último reporte de la Asociación Mexicana de Instituciones de Seguros (AMIS), Gastos Médicos en México: Protección en Evolución, revela cuáles son las enfermedades más costosas: hemorragia intracerebral (249 mil 877 pesos por episodio), enfermedades pediátricas complicadas (213 mil 930 pesos), afecciones perinatales (202 mil 677 pesos), cáncer y tumores (183 mil 726 pesos), y enfermedades hematológicas e inmunológicas, como leucemia o linfoma, que cuestan 155 mil 207 pesos.
Otras patologías con costos elevados incluyen enfermedades congénitas o genéticas (144 mil 353 pesos), renales (132 mil 849 pesos), del sistema osteomuscular (131 mil 103 pesos), del sistema nervioso (123 mil 681 pesos) y cardiovasculares, como infartos e insuficiencia cardíaca, con 98 mil 47 pesos de promedio.
El aumento de los costos médicos es constante, alrededor del 15% anual, dejando a miles de familias endeudadas y sin ahorros frente a una emergencia de salud. Una sola hospitalización grave puede consumir más de un año y medio de ingresos promedio, exponiendo la vulnerabilidad de quienes no cuentan con seguro o recursos suficientes.
El impacto económico se extiende más allá del hospital. Medicamentos, rehabilitación y terapias prolongadas pueden seguir meses después, afectando la estabilidad financiera familiar. Por eso, expertos insisten en la necesidad de seguros de gastos médicos mayores y una planeación financiera sólida para enfrentar cualquier eventualidad.
En un país donde atender una enfermedad grave puede costar tanto como un auto o un enganche de departamento, la prevención y la protección financiera se vuelven esenciales. En México, cuidarte no solo es cuestión de salud, también de sobrevivir económicamente.