Sheinbaum, entre la empatía y la exigencia: crece su aprobación pero cae confianza en resultados

En medio de un mes marcado por lluvias intensas y graves inundaciones en distintas regiones del país, la presidenta Claudia Sheinbaum conserva un nivel de aprobación del 70%, de acuerdo con la más reciente encuesta nacional de El Financiero. La desaprobación alcanza el 30%, el punto más alto en lo que va de su administración.

Durante octubre, las tormentas y desbordamientos afectaron varios estados del país, generando una emergencia que puso a prueba la capacidad de respuesta del gobierno federal. Según el estudio, 59% de los encuestados calificó como “buena o muy buena” la actuación del gobierno en las tareas de ayuda y rescate, mientras que 37% la consideró deficiente.

Las labores de limpieza y reparación de daños obtuvieron 56% de opiniones favorables y 40% negativas. En cuanto a los apoyos económicos y materiales para las familias damnificadas, 53% los evaluó de forma positiva y 42% expresó una opinión desfavorable.

La encuesta también indagó sobre la percepción hacia la presencia de la presidenta en las zonas afectadas: 50% aprobó sus recorridos y contacto con las comunidades, frente a 45% que los valoró de manera negativa.

En el apartado de atributos personales, la empatía de Sheinbaum se posiciona como su rasgo mejor valorado, con 63% de opiniones positivas. Le siguen la honestidad y el liderazgo, ambos con 59%, y finalmente la capacidad para ofrecer resultados concretos, con 47%. Este último indicador es el más bajo desde el inicio de su mandato, lo que sugiere una preocupación creciente entre los ciudadanos respecto a la eficacia del gobierno en la gestión de crisis.

El estudio también preguntó si la magnitud de las lluvias podía haberse previsto. El 41% considera que sí, mientras que 58% opina que fue imposible anticiparlas. Esta percepción refleja una división en la ciudadanía sobre la preparación del país ante desastres naturales.

Pese a las críticas, la presidenta conserva una sólida base de apoyo, reforzada por la imagen de cercanía que proyectó durante la emergencia. Para muchos, su presencia constante en los estados afectados y su discurso empático contribuyeron a mantener una valoración positiva en un contexto adverso.

A un año de iniciado su gobierno, la encuesta de El Financiero muestra un escenario mixto: una presidenta con alta aprobación personal, pero con señales de desgaste en la confianza sobre los resultados. En un país donde los fenómenos naturales continúan desafiando la infraestructura y la capacidad de respuesta institucional, el reto para el Ejecutivo será sostener ese respaldo mientras enfrenta las exigencias de reconstrucción y prevención.

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