México prepara el cambio a la jornada laboral de 40 horas: Sheinbaum fija noviembre para presentar la propuesta

La reducción de la jornada laboral en México vuelve a tomar forma. La presidenta Claudia Sheinbaum Pardo confirmó que en noviembre de 2025 la Secretaría del Trabajo y Previsión Social (STPS) presentará la propuesta formal para disminuir de 48 a 40 horas semanales el trabajo en el país. La iniciativa, que se ha venido afinando desde hace meses, busca concretarse sin frenar los aumentos salariales ni afectar la productividad de las empresas.

Durante la Conferencia del Pueblo del 14 de octubre, Sheinbaum explicó que el proyecto se ha construido con la participación de trabajadores, sindicatos y empresarios, bajo la idea de lograr un consenso nacional. “Nuestra idea es que avance la reducción a 40 horas, pero que siga aumentando el salario, que no sea una por la otra”, dijo. Añadió que la Secretaría del Trabajo, encabezada por Marath Bolaños López, será la encargada de presentar la propuesta en una conferencia matutina en noviembre.

El plan de la STPS prevé una reducción gradual para permitir que tanto las empresas como los trabajadores se adapten al cambio. Según el calendario tentativo, la disminución se aplicaría en tramos de dos horas por año hasta alcanzar las 40 horas en 2030. Así, en 2026 se trabajarán 46 horas a la semana; en 2027, 44; en 2028, 42; en 2029, 41; y finalmente en 2030 se llegaría al objetivo de 40 horas semanales.

La reforma también propone otorgar dos días de descanso por cada cinco trabajados, lo que implicaría modificar el artículo 123 constitucional. El esquema podría ponerse en marcha el 1 de mayo de 2026, Día del Trabajo, y se aplicaría de manera progresiva en todos los sectores.

Para su implementación, la STPS evalúa tres modelos: semanas cortas con jornadas de seis horas y cuarenta minutos; semanas de cinco días con ocho horas diarias y dos días de descanso; o un modelo intensivo de cuatro días con jornadas de diez horas y tres días libres. Cada empresa podrá elegir el formato que mejor se adapte a sus necesidades, siempre respetando el límite de 40 horas semanales.

El sector empresarial ha expresado reservas. La Confederación de Cámaras Nacionales de Comercio, Servicios y Turismo (Concanaco Servytur) advierte que, si las pausas y descansos cuentan dentro de las 40 horas, los costos laborales podrían aumentar hasta 65 mil pesos por trabajador al año. Su presidente, Octavio de la Torre, argumenta que hoy se pagan 48 horas, pero se trabajan efectivamente 45, y con pausas activas la productividad baja a 42. Con la nueva jornada, estima que solo se alcanzarían 34 horas efectivas.

Los empresarios proponen permitir acuerdos voluntarios para conservar jornadas de 48 horas, ofrecer deducciones fiscales del 100% en nómina y exentar impuestos sobre horas extra. Además, algunos consideran que la llamada “Ley Silla”, que obliga a ofrecer tiempos de descanso para que los empleados puedan sentarse, podría reducir aún más el tiempo productivo.

Pese a estas objeciones, el gobierno mantiene su postura. Marath Bolaños, titular de la STPS, asegura que reducir las horas de trabajo no afecta la productividad ni el valor generado, sino que devuelve tiempo de vida a los trabajadores y revaloriza su esfuerzo.

El debate sobre las 40 horas toca una fibra sensible en México, donde millones de personas dedican gran parte de su vida al trabajo. El país ha sido históricamente uno de los que más horas labora en el mundo, con jornadas que superan en promedio las 2,200 horas anuales. La propuesta busca no solo acercarse a los estándares internacionales, sino abrir una discusión sobre el equilibrio entre empleo, bienestar y tiempo personal.

Si el Congreso aprueba la reforma antes de que termine 2025, México podría comenzar una transición laboral histórica. No será inmediata ni sencilla, pero marcaría un cambio profundo en la relación entre tiempo y trabajo en un país que lleva décadas soñando con tener más horas para vivir fuera del empleo.

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