Trump afloja su régimen arancelario: café, carne y frutas quedan libres de tarifas en plena presión económica

Donald Trump dio un giro inesperado a su política comercial. Para frenar el malestar por el costo de vida, ordenó reducir de inmediato los aranceles a productos agrícolas clave como café, jitomate, carne de res y plátanos, además de una larga lista de frutas, especias y alimentos que Estados Unidos no produce en cantidad suficiente. La decisión, que aplica retroactivamente desde la madrugada del 13 de noviembre, busca aliviar los precios en los supermercados y atender las quejas de votantes que han resentido el encarecimiento de la canasta básica.

La Casa Blanca detalló que las exenciones incluyen aguacates, cocos, naranjas, piñas, té negro y verde, canela y nuez moscada. El gobierno instruyó al Tesoro y a la Oficina del Representante Comercial (USTR) a suspender sus tarifas más altas y revisar su impacto en una economía donde la falta de poder adquisitivo se ha vuelto un tema central.

El movimiento llega tras una semana difícil para los republicanos, con derrotas en Virginia, Nueva Jersey y Nueva York, donde la inflación alimentaria fue tema de campaña. Aunque Trump ha defendido durante años los aranceles como escudo para la industria estadounidense, su decisión reconoce —al menos de forma tácita— que esas medidas terminaron encareciendo productos básicos. Economistas citados por agencias internacionales señalan que los incrementos en carne y otras importaciones se trasladaron gradualmente al consumidor final.

La orden también se enlaza con acuerdos comerciales recién alcanzados con Argentina, Ecuador, Guatemala y El Salvador. Estos países quedarán exentos de aranceles recíprocos del 10% y 15% sobre sus exportaciones agrícolas hacia Estados Unidos. Para la Casa Blanca, liberar productos que no se cultivan internamente “en cantidad suficiente” es consistente con su mandato de analizar exenciones. Funcionarios como el propio secretario del Tesoro, Scott Bessent, adelantaron que habría anuncios clave sobre alimentos importados.

El ajuste a la política arancelaria se produce tras un informe del USTR que advertía que varios bienes habían encarecido su precio por restricciones de oferta y costos adicionales derivados de los gravámenes. A pesar de que la inflación general no subió de manera abrupta, artículos como la carne roja y ciertas frutas importadas sí mostraron incrementos sostenidos. Voces dentro del gabinete económico reconocen que es momento de reducir presión sobre los hogares antes de iniciar formalmente la ruta electoral hacia 2026.

Para Trump, el reto ahora será demostrar que la flexibilización tendrá efectos visibles en los precios en las próximas semanas. Tanto en el sudeste asiático como en América Latina se concentran proveedores de buena parte de los productos que Estados Unidos importa para su mercado interno. De ahí la expectativa de que el abaratamiento llegue rápido a los anaqueles.

Si bien el presidente insiste en que sus políticas han sido necesarias para reconfigurar el comercio global, su administración enfrenta el desafío de sostener ese discurso mientras intenta aplacar el descontento económico. En un país donde el precio de los alimentos suele marcar el pulso del ánimo social, el cambio de timón llega en un momento crítico y con un impacto que se medirá día a día en los supermercados.

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