Nicolás Sarkozy entra en prisión: el expresidente francés cumple condena por el financiamiento ilegal de su campaña de 2007
El expresidente francés Nicolás Sarkozy ingresó este martes en la cárcel de La Santé, en París, para cumplir una condena de cinco años por asociación ilícita y financiamiento ilegal de su campaña electoral de 2007. Es la primera vez en la historia de Francia que un exmandatario es encarcelado tras una sentencia penal firme, un hecho que ha sacudido al país y desatado un amplio debate sobre la justicia y el poder político.
Sarkozy, de 70 años, abandonó su residencia en el distrito XVI poco después de las nueve de la mañana, acompañado por su esposa, Carla Bruni, y sus hijos. A bordo de un vehículo oficial, llegó a la prisión parisina escoltado por motociclistas de la policía, en medio de un fuerte dispositivo de seguridad. Decenas de simpatizantes y periodistas esperaban su llegada; algunos lo aclamaron, mientras otros le gritaron preguntas sobre el caso que lo llevó a prisión.
Antes de entregarse, publicó un mensaje en redes sociales: “No es un expresidente quien entra hoy en prisión, sino un hombre inocente. Sufro desde hace más de diez años una persecución judicial sin fundamentos. La verdad triunfará, pero el precio será devastador”.
El fallo judicial determinó que Sarkozy participó en una red de captación de fondos no declarados procedentes del régimen de Muamar Gadafi, en Libia, destinados a financiar su campaña presidencial. Aunque el tribunal no comprobó que el exmandatario recibiera directamente el dinero, sí consideró que permitió y se benefició de una estructura creada para canalizar donaciones ilegales.
El expresidente fue hallado culpable de “asociación de malhechores” y de violar las leyes francesas sobre financiamiento electoral. La sentencia incluye un año de prisión efectiva, que ya comenzó a cumplir, y cuatro años de pena adicional con posibilidad de revisión.
Su defensa presentó una solicitud de liberación provisional, argumentando que el exmandatario no representa riesgo de fuga ni de obstrucción a la justicia. “Una noche en prisión es demasiado”, declaró su abogado Christophe Ingrain, quien lo acompañó durante el traslado. La decisión sobre su petición podría conocerse en un mes.
Mientras tanto, Sarkozy permanece en una unidad especial de la prisión de La Santé, acondicionada para personas de alto perfil. Dispone de una celda individual, ducha privada y acceso limitado a teléfono y televisión. Según su entorno, planea escribir sobre “la injusticia de la que es víctima”.
La noticia provocó reacciones encontradas en el ámbito político francés. Dirigentes de la derecha conservadora manifestaron su respaldo, denunciando un proceso “politizado”, mientras sectores de izquierda destacaron que su ingreso a prisión “refuerza el principio de igualdad ante la ley”.
El presidente Emmanuel Macron mantuvo una reunión privada con Sarkozy días antes de su encarcelamiento. El ministro de Justicia, Gérald Darmanin, anunció su intención de visitarlo y defendió la independencia de los jueces, aunque la oposición criticó cualquier gesto que pudiera interpretarse como interferencia.
Sarkozy, nacido en París en 1955 e hijo de un inmigrante húngaro y una madre de ascendencia judía griega, construyó una carrera política meteórica. Fue alcalde de Neuilly-sur-Seine a los 28 años, diputado a los 33 y ministro de Presupuesto a los 38. En 2007 alcanzó la presidencia tras derrotar a Ségolène Royal y gobernó hasta 2012, cuando perdió frente a François Hollande.
Durante su mandato impulsó reformas laborales, endureció la política migratoria y promovió la participación militar de Francia en Libia en 2011. Su estilo confrontativo y personalista lo convirtió en una figura divisiva dentro de su propio partido, donde aún conserva influencia pese a los escándalos judiciales.
Además de esta causa, Sarkozy fue condenado a un año de prisión en 2024 por corrupción en otro expediente, pena que cumplió bajo arresto domiciliario con brazalete electrónico. Su nueva condena podría mantenerlo tras las rejas hasta 2026, justo cuando está previsto el inicio de la apelación.
El ingreso de Sarkozy a La Santé marca un momento simbólico para Francia: por primera vez, la justicia alcanza a quien alguna vez ocupó el Palacio del Elíseo.