«Entre Estados Unidos y México no debe haber división ni muros»: Ken Salazar

La relación entre Estados Unidos y México debe cimentarse en la cooperación, el respeto mutuo y un trato de iguales, afirmó el embajador estadounidense en México, Ken Salazar, durante una de sus últimas apariciones públicas antes de concluir su gestión diplomática. Salazar subrayó que no debe plantearse la construcción de muros ni divisiones entre ambas naciones.

En un claro contraste con la postura del presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, Salazar enfatizó: «Hay otra visión, ustedes la conocen muy bien. Es la visión de dividir, de hacer muros, de ver a unas personas como inferiores. Esa no es nuestra visión. Nuestra visión es ser socios, iguales y parte de una misma familia». Estas declaraciones fueron realizadas durante la ceremonia de inauguración de la nueva sede de la embajada estadounidense en México.

El diplomático también destacó la necesidad de reforzar la cooperación en materia de seguridad, un tema prioritario para ambos países. Tras la extradición de Osiel Cárdenas Guillén, ex líder del cártel del Golfo, Salazar reconoció que, aunque se han logrado avances, todavía queda mucho por hacer para garantizar que el pueblo mexicano viva sin miedo.

Respecto al futuro del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC), Salazar descartó riesgos para su continuidad, señalando que el acuerdo cuenta con amplio respaldo y es fundamental para la integración económica de la región. «El T-MEC es la ley internacional entre tres países. Estados Unidos depende de México y México depende de Estados Unidos. Aunque hay desafíos, estoy seguro de que se resolverán de manera favorable», aseguró.

Al referirse al próximo embajador estadounidense en México, Ron Johnson, designado por la administración de Trump, Salazar le deseó éxito y expresó confianza en que la relación bilateral seguirá avanzando: «Los presidentes y sexenios pasan, pero la relación entre Estados Unidos y México será para siempre».

Finalmente, Salazar destacó que la nueva sede de la embajada estadounidense en México, con una extensión de 100 mil metros cuadrados y una inversión de mil millones de dólares, es la más grande del mundo. Construida por trabajadores mexicanos y estadounidenses, representa, según el embajador, un símbolo tangible del compromiso entre ambas naciones.

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