Estudiar Filosofía mejora el pensamiento crítico y lógico, confirma un estudio con 600 mil universitarios
Un análisis con datos de más de 600 mil universitarios en Estados Unidos muestra que quienes estudian Filosofía desarrollan mejores habilidades de razonamiento verbal y lógico que los alumnos de otras carreras. La investigación, publicada en el Journal of the American Philosophical Association, fue realizada por Michael Prinzing y Michael Vazquez y abarca tres décadas de información en unas 800 instituciones académicas.
Pensar como ejercicio
De acuerdo con los autores, los estudiantes de Filosofía obtuvieron las mejores calificaciones en pruebas estandarizadas de razonamiento y lenguaje, incluso después de ajustar las diferencias entre el primer y último año de estudios. Esto sugiere que las habilidades adquiridas no se deben solo a un talento previo, sino al propio entrenamiento filosófico.
Las evaluaciones consideradas incluyen exámenes como el Graduate Record Examination (GRE) o el Law School Admission Test (LSAT), en los que los filósofos suelen destacar. Según el estudio, esto se debe a que la disciplina promueve hábitos mentales más rigurosos, pensamiento analítico y apertura intelectual.
El razonamiento de los autores parte de una premisa simple: si una actividad cultiva habilidades intelectuales valiosas, entonces esa actividad también es valiosa. Al demostrar empíricamente que el estudio de la Filosofía sí desarrolla esas capacidades, la investigación concluye que esta carrera tiene un impacto real en la formación del pensamiento crítico.
El valor de pensar bien
Más allá de las pruebas objetivas, el estudio también consideró autoinformes sobre curiosidad y apertura mental, disposiciones que los investigadores reconocen como esenciales para el pensamiento de calidad. En ambos aspectos, los estudiantes de Filosofía obtuvieron puntajes más altos que sus pares.
Los autores matizan que las pruebas no miden si las nuevas habilidades se aplican al servicio de la verdad o del interés personal, pero sostienen que la formación filosófica fomenta una disposición hacia el análisis ético y reflexivo.
Entre las conclusiones, se señala que el manejo de la lógica permite construir inferencias más precisas y reducir los errores de pensamiento, mientras que la claridad en el lenguaje facilita comunicar mejor las ideas. Además, la humildad intelectual y la disposición a aprender de manera continua son cualidades útiles para cualquier campo profesional.
En tiempos dominados por la inmediatez y la sobreinformación, los resultados del estudio ofrecen una defensa concreta de la Filosofía dentro de un entorno académico cada vez más tecnocrático. Sus autores concluyen que pensar —y hacerlo bien— no solo es un acto intelectual, sino también una necesidad práctica.
