El Mundial 2026 bajo presión climática: calor extremo y tormentas amenazan a 10 sedes
El Mundial 2026 se acerca con un desafío inesperado para organizadores y aficionados: un riesgo climático sin precedentes. Entre junio y julio, 16 ciudades de Estados Unidos, Canadá y México recibirán partidos en un escenario marcado por temperaturas récord, incendios forestales, tormentas eléctricas y mala calidad del aire. Diez de los estadios presentan un riesgo “muy alto” de calor extremo, según un análisis citado por especialistas del deporte internacional.
Estas condiciones, que ya afectaron torneos recientes en Norteamérica, podrían poner en jaque desde la salud de los jugadores hasta el calendario del torneo. En la reciente FIFA Club World Cup, considerada un ensayo, las lluvias torrenciales en Orlando detuvieron por horas el Benfica vs. Auckland City, mientras que otros encuentros en Nueva Jersey y Cincinnati debieron interrumpirse por tormentas y rayos.
Impacto deportivo, económico y medidas para aficionados
El principal temor es que un partido tenga que cancelarse por condiciones extremas. Para especialistas como Maddy Orr, investigadora del impacto climático en el deporte, un solo aplazamiento podría costar millones por reembolsos, pagos de personal, compromisos con cadenas de televisión y contratos comerciales. En ciudades sedes como Miami, Dallas, Houston y Atlanta, el calor veraniego se combinará con índices de humedad muy altos, elevando los riesgos de deshidratación y golpes de calor.
Los aficionados también deberán prepararse. Expertos en consumo recomiendan revisar las pólizas de viaje y elegir hoteles con cancelación flexible. Si un partido se cancela, el boleto debe reembolsarse; si solo cambia de horario, la entrada sigue siendo válida. El uso de tarjetas de crédito para compras importantes facilita disputas por reembolsos ante cambios climáticos inesperados.
En paralelo, varias ciudades sede ya diseñan protocolos. Kansas City, catalogada como una de las sedes más vulnerables al calor, creó un equipo con médicos, meteorólogos y especialistas para instalar zonas de sombra, estaciones de enfriamiento y ventiladores nebulizadores. Los asistentes recibirán alertas en sus celulares sobre hidratación, horarios críticos y calidad del aire antes de cada partido.
Adaptación, coordinación y lo que está en juego
El sector comercial espera un impulso económico, pero reconoce la fragilidad del escenario. Negocios locales, como los de Vancouver, admiten que las ventas dependen de que los partidos se desarrollen sin interrupciones. Un clima adverso implicaría no solo retrasos, sino pérdidas para comerciantes, hoteles y operadores turísticos.
Para México —que será sede en Ciudad de México, Guadalajara y Monterrey— el debate global sobre el clima atraviesa de lleno la organización. Aunque las condiciones extremas se concentran en Estados Unidos, la región comparte retos: olas de calor, incendios y tormentas más impredecibles que hace una década.
Con protocolos reforzados y una coordinación que involucra a autoridades, organizadores y comercios, el Mundial 2026 se prepara para un torneo que no solo dependerá de la pelota, sino también de la capacidad de adaptarse a un clima que deja poco margen para los descuidos.
