El biohacking, la manera más eficaz para transformar tu salud

Desde hace algunos años, en Europa y en América del Norte, emergió una corriente disruptiva que vino a romper con la idea de que las estrategias de salud deben enfocarse en curar enfermedades en vez de prevenirlas; y más aún, abrió la posibilidad y la viabilidad de optimizar el funcionamiento del cuerpo y de la mente para hacer un máximo uso de sus capacidades. Por ejemplo, por muchos años se pensó que el cerebro adulto no era capaz de generar nuevas neuronas, hoy gracias a los avances científicos se descubrió la neuro génesis, el proceso dinámico de producir nuevas células nerviosas a lo largo de toda la vida; por supuesto, para lograrlo, es necesario llevar a cabo tácticas puntuales.

Personajes como Dave Asprey, Dr. Hayman, Ben Greenfield, Bryan Johnson, Teemu Arina, Wim Hof, Jessie Inchauspé “The Glucose Goddess”, entre muchos otros especialistas y biohackers, enseñan cómo hacernos partícipes y responsables de nuestro propio bienestar físico, mental y emocional.

El biohacking integra conocimientos de salud funcional, de medicina de estilo de vida, de nutrición optimizada y de prácticas ancestrales para aportar a las personas una propuesta integral y práctica con el fin de extender nuestro tiempo de vida con la mejor calidad.

Una longevidad sana se ha convertido en el motor principal de que las personas consuman café con aceite de coco y hongos adaptógenos, hagan terapias alternas de inmersión en hielo y sauna infrarrojo, lleven a cabo ejercicios para aumentar masa muscular, incluyan técnicas de reemplazo hormonal, escuchen meditaciones con sonidos binaurales, cuiden los tiempos y las combinaciones de los alimentos para evitar altibajos de glucosa, tomen suplementos para maximizar el funcionamiento de los distintos sistemas del cuerpo, entre muchos biohacks más.

Otro aspecto sustancial del biohacking es el uso de tecnología por medio de dispositivos personales, ya que, el tener información precisa y en tiempo real, nos permite hacer estrategias más puntuales y tomar acción inmediata, por ejemplo, un anillo analizador del sueño, un reloj inteligente indicador del ritmo cardiaco y de la cantidad de pasos recorridos diariamente, un monitor de glucosa que mide el comportamiento del azúcar en sangre y una diadema que reporta la variación en las ondas cerebrales. Con esta data ultra personalizada se puede comprender a mayor detalle qué está afectando al organismo y hacer cambios puntuales y bio individuales. En el biohacking se dice que lo que no se mide, no se puede transformar, y en cierto modo, esto aplica en cualquier aspecto de nuestra vida personal y laboral.

De acuerdo al Medical News, “Estados Unidos tiene el gasto sanitario más alto de todos los países desarrollados del mundo; sin embargo, sólo alrededor del 8% de los estadounidenses se someten actualmente a exámenes preventivos de rutina. Como resultado, Estados Unidos pierde alrededor de 55 mil millones de dólares estadounidenses (USD) cada año debido a la baja prevención, lo que equivale aproximadamente a 0,30 dólares por cada dólar gastado en servicios de atención médica”. Considerando que aproximadamente el 80% de las enfermedades crónicas podrían prevenirse mediante hábitos saludables, sin duda, iniciativas en medicina de estilo de vida, salud funcional y biohacking, podrían ser clave para disminuir riesgos de salud y excesivos gastos gubernamentales.

El biohacking en México se ha utilizado para crear programas que aumenten el rendimiento deportivo, así como, programas de prevención de enfermedades y longevidad. Sin embargo, todos podemos hackear nuestra salud con el fin de evitar los estragos ocasionados por altos niveles de estrés, aumentar la vitalidad, tener un sueño más reparador, reducir al máximo la inflamación, y en general, balancear las distintas áreas de nuestra vida.

(*) Máster Coach en ciencia del bienestar, biohacker, conferencista internacional.

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