Sheinbaum busca tender puentes con la Generación Z antes de la jornada del 15 de noviembre

Claudia Sheinbaum lanzó un mensaje directo a la Generación Z en vísperas de la marcha convocada para el 15 de noviembre. La presidenta aseguró que, aunque el gobierno considera que la movilización no surgió de manera orgánica, escuchará las demandas juveniles en temas que llevan años calentándose: vivienda inaccesible, gentrificación y la reducción de la jornada laboral.

Sheinbaum afirmó que su administración ya trabaja en planes y estrategias, pero reconoció que los jóvenes exigen resultados más claros. Insistió en que el país es libre de manifestarse y que las protestas pacíficas son parte de la vida democrática. También adelantó que la reducción de la jornada laboral a 40 horas se discutirá con el sector empresarial para definir cómo se implementaría, con la posibilidad de que el cambio llegue hacia 2030.

El mensaje presidencial ocurre mientras el colectivo “Generación Z México” publica un pliego de 12 puntos y convoca protestas en prácticamente todo el país. Aunque el grupo se presenta como apartidista, en días recientes adoptó la exigencia de una revocación inmediata del mandato presidencial sin consulta pública, una propuesta que choca con el marco constitucional. También plantean que, en caso de una sustitución presidencial, el relevo se elija por voto directo sin intervención de partidos ni del Congreso.

Además del Zócalo capitalino, las convocatorias incluyen marchas en estados como Aguascalientes, Jalisco, Nuevo León, Veracruz, Sonora, Tabasco, Chiapas, Puebla, Chihuahua, Querétaro y Yucatán, entre muchos otros. La organización también difundió puntos de reunión en ciudades del extranjero, desde Los Ángeles y Vancouver hasta Düsseldorf y La Haya. La invitación general es vestir de blanco.

El movimiento ha dividido opiniones entre jóvenes organizados en causas feministas, laborales y estudiantiles, quienes cuestionan el uso de videos generados con inteligencia artificial, lo que generó dudas sobre la autenticidad de la convocatoria. Aun así, las demandas que sí reconocen como legítimas apuntan hacia problemas cotidianos: salarios que no alcanzan, rentas elevadas y la sensación de que el futuro es cada vez más estrecho.

En paralelo a la discusión, Palacio Nacional amaneció blindado desde el 11 de noviembre con vallas de cinco metros de altura, una medida que el gobierno atribuyó a protocolos de seguridad y prevención de incidentes. Las imágenes de las murallas metálicas desataron comparaciones en redes sociales con el anime Attack on Titan, donde gigantescas barreras protegen a la población de amenazas externas. Para muchos jóvenes, la referencia funcionó como símbolo del momento político: un choque generacional cargado de desconfianza y también de humor.

Las murallas no solo rodean Palacio Nacional. Otros puntos del Centro Histórico también fueron resguardados ante la suma de movilizaciones, incluida la de la CNTE. El gobierno argumentó que es preferible instalar vallas que arriesgar enfrentamientos, aunque la imagen reforzó la narrativa de un distanciamiento entre el poder y quienes protestan.

En este ambiente, la interacción entre la presidenta y la Generación Z se vuelve una prueba temprana sobre la relación del nuevo gobierno con una generación que creció conectada, informada y crítica.

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