Crean hielo a temperatura ambiente: el hallazgo que podría cambiar la exploración espacial
Un equipo internacional de científicos logró algo que parecía imposible: formar hielo sin frío. En un laboratorio del European XFEL, en Alemania, los investigadores comprimieron agua entre dos diamantes hasta alcanzar una presión 20 mil veces superior a la atmosférica, generando una nueva forma de hielo conocida como hielo XXI.
Esta fase, descrita en la revista Nature Materials, marca la vigésimo primera estructura cristalina del agua identificada. A diferencia del hielo común, se forma a temperatura ambiente y bajo presiones extremas, similares a las que existen en el interior de las lunas heladas de Júpiter o Saturno.
Cómo se forma el hielo XXI
Los científicos usaron una celda de yunque de diamante, un dispositivo capaz de recrear presiones comparables a las del núcleo de planetas lejanos. La compresión se aplicó en pulsos de milisegundos, repetidos más de mil veces, mientras un láser de rayos X capturaba cada etapa del proceso.
Durante unos breves microsegundos, las moléculas de agua se reordenaron en una estructura cristalina más compacta y desconocida. Luego, la fase desapareció, transformándose en otro tipo de hielo ya conocido, el hielo VI.
“Este fenómeno abre un nuevo camino en la comprensión de cómo el agua puede cristalizarse bajo condiciones extremas”, explicó Geun Woo Lee, del Instituto Coreano de Investigación de Estándares y Ciencia, quien encabezó el estudio.
Un paso para entender otros mundos
Aunque el hielo XXI solo existe fracciones de segundo, su hallazgo tiene implicaciones para el estudio del sistema solar. En lunas como Titán o Ganímedes, donde las presiones y temperaturas cambian de manera drástica, podrían generarse fases intermedias del agua similares a esta.
Rachel Husband, del equipo DESY HIBEF, señaló que este descubrimiento “revela la posibilidad de más formas metaestables del hielo y sus transiciones”, lo que podría ayudar a explicar cómo se comportan los océanos y las cortezas de los mundos helados.
El estudio sugiere que el agua, ese material cotidiano que parece tan simple, aún esconde comportamientos que desafían la física conocida. Lo que comenzó como un experimento de laboratorio podría, en el futuro, ayudar a descifrar los secretos de planetas y satélites donde el hielo reina bajo presiones imposibles.
