Cuando suena el celular y nadie contesta: el fastidio del spam telefónico en México

El celular vibra en la mesa. Un número desconocido aparece en la pantalla y la mente se llena de posibilidades: quizá sea el banco, el trabajo o una noticia urgente. Con un ligero sobresalto, contestas. “¿Bueno?”. Silencio. Esperas un par de segundos y de pronto… nada. La llamada se corta.

No fue un error ni un mal chiste: fue una de esas llamadas automáticas que se han vuelto parte de la vida diaria en México. A muchos les pasa varias veces a la semana, a otros todos los días. Se les conoce como spam telefónico y, aunque parecen inofensivas, tienen propósitos claros.

Detrás de la llamada no suele haber una persona real, sino un sistema que marca cientos de números al mismo tiempo. El objetivo puede ser confirmar que una línea está activa, preparar el terreno para que luego un operador humano insista con alguna oferta, o incluso tratar de obtener datos personales con fines dudosos.

A veces lo que llega es una grabación. Son las llamadas automatizadas conocidas como robocalls. Una voz metálica repite un mensaje de publicidad, una invitación política o una supuesta alerta bancaria. En el mejor de los casos, solo buscan vender algo. En el peor, intentan engañar y quedarse con información sensible.

También ocurre que los call centers marcan demasiados números a la vez. El sistema enlaza la llamada, pero no hay suficientes operadores para atender. El resultado es ese incómodo silencio que desespera y deja a cualquiera con la sensación de haber perdido el tiempo.

Lo cierto es que, aunque molestas, estas llamadas no generan cargos al usuario ni dañan la línea. Colgar o ignorar no tiene costo. Pero el fastidio se acumula y, con él, la desconfianza hacia cada número desconocido que aparece en pantalla.

Estrategias para recuperar la calma

En México, desde 2007 existe el Registro Público para Evitar Publicidad (Repep), administrado por la Profeco. Al inscribirse, es posible bloquear llamadas de empresas de sectores como telecomunicaciones, turismo y comercio. No es una solución definitiva, pero sí reduce de manera considerable la cantidad de interrupciones.

Los propios teléfonos también ofrecen herramientas. En Android se pueden marcar números como spam desde la aplicación de llamadas y bloquearlos para siempre. En iPhone, la opción de “Silenciar números desconocidos” envía al buzón todas las llamadas que no están registradas en la agenda. El usuario deja de escucharlas, y con ello gana un respiro.

Cada timbrazo inesperado es una mezcla de expectativa y molestia. Mientras no existan regulaciones más severas, estas prácticas seguirán rondando a millones de mexicanos. Por ahora, la mejor defensa está en la tecnología disponible y en aprender a desconfiar de números extraños. Porque la escena se repite una y otra vez: suena el celular, contestas con esperanza… y nadie responde.

Compartir
No Comments

Leave A Comment