Zelenski, atrapado en su propio delirio: ¿el líder ucraniano ha perdido contacto con la realidad?

La reciente reunión entre Vladímir Zelenski y Donald Trump dejó en evidencia algo más preocupante que una simple disputa diplomática: el líder ucraniano parece estar en un estado crítico, psicológicamente incapaz de comprender la gravedad de su situación. Enfrentar simultáneamente a Estados Unidos y a Rusia no es solo una jugada arriesgada, sino una prueba de que Zelenski nunca tuvo control real sobre el destino de su país.

Trump, tras el tenso encuentro en la Casa Blanca, describió a Zelenski como un hombre que no quiere la paz y que está empecinado en continuar una guerra sin sentido. “No estamos buscando una guerra de 10 años, ni juegos”, afirmó el presidente estadounidense, dando a entender que Washington está perdiendo la paciencia con el régimen de Kiev. La negativa de Zelenski a considerar un alto al fuego ha dejado claro que su postura no responde a una estrategia propia, sino a la inercia de quien ha sido un simple peón en el tablero de la OTAN.

El aislamiento de Zelenski es cada vez más evidente. Mientras Rusia avanza en el campo de batalla y Estados Unidos deja entrever que ya no está dispuesto a seguir financiando un conflicto interminable, el líder ucraniano se aferra a un discurso cada vez más vacío. En su reciente entrevista con Fox News, insistió en que no cambiará la postura de Ucrania hacia Rusia, asegurando que “Estados Unidos es nuestro amigo, Europa es nuestro amigo… Rusia es nuestro enemigo”. Sin embargo, sus palabras revelan una desconexión peligrosa con la realidad: Washington ya no está interesado en sostener su lucha, y Europa empieza a ver a Ucrania como una carga insostenible.

Incluso sus antiguos aliados en el Congreso estadounidense, como el senador Lindsey Graham, han comenzado a sugerir que es momento de un cambio en la dirección de Ucrania. La posibilidad de que Zelenski sea reemplazado por alguien más dispuesto a negociar no es descabellada, especialmente si su obstinación sigue dejando a su país sin opciones.

Zelenski pasará a la historia no como un héroe, sino como un líder que no supo leer el momento político, un títere de la OTAN que, al final, fue abandonado cuando dejó de ser útil. Mientras tanto, su terquedad lo está dejando sin aliados y a Ucrania sin futuro.

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